22/6/13

Ese momento

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¿Cómo olvidarte de ese momento? 

Si tanto lo habías esperado... El universo escribió que así sucediera. Llegaste a ese lugar sin saber que pasaría todo lo que pasó, o tal vez lo percibías en tu interior, tal vez tu inconsciente planeaba hacerlo. Nunca te creíste capaz de algo así, no te pensabas lo suficientemente valiente, pero algo se apodero de vos y  por rara vez, te dejaste llevar por tus sentimientos.

Nunca te sentiste como en ese momento, nadie nunca te había provocado eso, esas "maripositas en la panza" de las que todo el mundo habla. Simplemente lo miraste y te diste cuenta que todo era perfecto: su sonrisa, sus manos, el calor de su piel al acariciarlo, el sabor de sus besos, la calidez de sus abrazos, la dulzura con la que te acariciaba, el grosor de su voz, la delicadeza con la que te agarraba y te hacía creer que en ese instante no existía nada ni nadie más que ustedes dos.

En ese momento vos no querías nada más que detener el tiempo y quedarte con él, ahí. Para siempre, intactos. El uno con el otro siendo uno solo en cuerpos distintos. Fue tan único y especial que con el simple echo de recordar ese mágico momento te agarran escalofríos y el deseo de que se repita, esperas con ancianas que vuelva a suceder ese momento, el recuerdo no se va de tu cabeza.

En ese momento se despertaron en vos sentimientos nuevos, un deseo que nunca antes habías sentido, nunca nadie despertó eso en tu interior. Y es así como a partir de ese momento, las cosas cambiaron para vos, para él, para ustedes, ese momento tan perfecto. Se dio porque así se quiso, fue sin organizar, te tomo todo de sorpresa agarrándote de la cara, invitándote a viajar al paraíso mismo, por un camino sin regreso. Cometiste el error de viajar y convertirte en adicta de su droga, matarías por una dosis de sus besos, tanto que soñas con ellos cada noche y pedís mas y mas, casi de manera insaciable.

Con tan solo tocarlo se te enciende la piel, el despierta todo tu ser, te hace sentir viva, feliz, completa, él te hizo renacer. Estabas tan triste, parecía que nadie te podía rescatar de ese pozo anímico sin salida en el que te encontrabas y de pronto, apareció él, nada mas y nada menos que el, a rescatarte, te devolvió tu brillo, tus ganas de vivir, tus fuerzas, volviste a ser esa mujer fuerte! Te devolvió todo eso que creías perdido, volviste a ser vos, con él estas completa, llena de vida y feliz, no podes pedir nada mas.

Ahora no podes olvidarlo ni por un segundo, no podes evitar pensar en todas sus cosas. Vivís para recordar ese momento. Vivís para él pero raramente y después de tanto tiempo también vivís por vos, cuando antes no encontrabas motivos por los cuales hacerlo. 

Nadie sabe como termina esta historia... depende toda aquella que lo lea, depende de quien te acuerdes, depende de lo que te provoque pero si al leerlo inconscientemente se te generó una sonrisa de idiota en la cara es porque entonces lograste de alguna forma u otra revivir ese momento en el que todo comenzó. 


Las conchudas de Julieta y Guadalupe

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