16/6/13
Aquel amor...
Fuiste mi obsesión muchísimo tiempo. Hice el ridículo por vos mil veces, hice locuras que nunca creí que podía llegar a hacer por una persona.Quería tenerte de cualquier manera, que te enamores de mí aunque sea por interés. Te saqué fotos a escondidas y me las guardaba en una carpeta en mi computadora con tu nombre.
Cuando te fuiste de vacaciones estuve desesperada por saber qué estabas haciendo y pensando si te estabas moviendo a alguna en ese mismo momento. Me mentí a mí misma para pensar que no era cierto, que no podía ser y que seguías esperándome a mí cuando en realidad era al revés. Siempre fue al revés.
Te voy a esperar a vos toda la vida, quiero que vos seas el de mi primera vez y no otro.
Le viví hablando a mi mamá de vos, a mi mejor amigo, hasta los pibes con los que estuve saben de tu existencia.
Sé quiénes son tus mejores amigos, tu familia, las chicas que te chamuyás, cada like que ponés en facebook.
Vi tus fotos más de mil veces, me sé de memoria tus álbumes y qué fotos hay en cada uno. Sé tus horarios, dónde jugás a la pelota, con quién, a qué hora tenes gimnasia y cuándo. Sé quién es tu mejor amiga, quién fue tu primer amor y sé que nunca voy a ser lo que significó ella en tu corazón.
Sé más de vos que vos mismo y seguramente te sientas perseguido y sí, estuve re enferma de amor por vos. Me gustaste un montón de tiempo y es el día de hoy que no pasa un día sin que te nombre, sin que te vea pasar y piense lo lindo que sos o verte abrazando a otra y morir de celos. Porque vos sos vos, no tenés comparación con nada, siempre vas a ser el primero en mi corazón. Te conozco de arriba abajo, de memoria, de principio a fin, con cada detalle, cada gesto, cada carita, cada pose, cada palabra que hace que seas único y ningún otro pibe se compare con vos. Tenés algo que enamora así como me dio vuelta a mí perdida y completamente hasta el punto de perder la cabeza, de stalkearte todo el día, de entrar a tu muro cada dos segundos, de pensarte cada instante, de necesitar escuchar tu voz, tus silbidos de cancha.
No te lo dije nunca porque sé que no me vas a dar bola porque no soy tu estilo, no soy lo que te gusta y capaz me ves como una amiga u otra cosa.
No me arrepiento de nada, ni de hacerte esos favores que nunca te enteraste, que nunca supiste...Era sólo por el hecho de saber que estaba haciendo algo bueno para y por vos sin pretender nada a cambio, sin importar nada más que vos estés lo mejor posible y feliz con esa sonrisa hermosa que tenés, esa sonrisa perfecta y hechizante que me alegraba los días e hizo que sean especiales. Esos ojitos que cada vez que me miraban me paraban el mundo y me partían al medio.
Nada va a igualar la emoción que me daba cuando me hablabas, los gritos que he pegado cuando me saltaba tu ventanita en el chat hablándome. Ese mínimo gesto me dejaba feliz toda la semana y no es joda. Aunque no te lo haya dicho nunca y que lo vaya a negar por siempre: fuiste importantísimo en mi vida, por no decir que fuiste mi vida y que daba todo por vos, dejé todo por vos y mandaría a los demás a cagar si fuera por vos, sólo por sentirte mío alguna vez y creer que me querés. Recuerdo una y mil veces cada cosa que viví con vos, cada palabra que me dijiste alguna vez y que me ilusionó hasta más no poder, hasta llegué a pensar que me querías en serio.
No sé cómo pude mantener esto oculto tanto tiempo, supongo que vos sabés ya todo lo que siento pero no podía no decírtelo alguna vez. Sobraban ganas de gritártelo en la cara, de decírselo al mundo, de que todos sepan lo mucho que me gustás.
Confío en que esta carta va a quedar entre nosotros dos, que sos lo suficientemente maduro como para guardártela, así como yo tengo la valentía de decirte todo, quizá no de la mejor manera, quizá no lo tomás en serio, quizá me odies o pienses que soy una ridícula...o quizá todo lo contrario. Me hiciste feliz mucho tiempo sin saberlo.
Siempre vas a ser el amor de mi adolescencia, el más lindo de todos, el que me volvió loca. Gracias por darle un sentido a ir cada día al colegio. Gracias por cada sonrisa, cada gesto, cada abrazo, cada gesto tierno. Te merecés ser muy feliz, sos un pibe excelente y nunca me voy a arrepentir de todo lo que pensaba y mucho menos arrepentirme de esto que estoy haciendo. Ojalá, ahora que no nos vemos más, de vez en cuando hables conmigo y me cuentes lo bien que estás. Sólo espero que no me odies ni pienses que soy una idiota por hacer todo esto, soporto que creas que estoy loca (porque es cierto) pero estaba loca de amor por vos.
Y si dentro de veinte años me querés buscar, dejo todo por vos y voy a seguir atrás tuyo toda la eternidad porque esto que sentimos no es un capricho, no es un “le tengo ganas”, esto va más allá de toda explicación. Te voy a seguir pensando hasta cuando ya no sepas ni quién soy.
La conchuda Julieta.
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